Existen dos cosas infinitas: El universo y la estupidez humana. Y del universo, no estoy tan seguro..." A.Einstein

viernes, 4 de mayo de 2012

Carta a quien no debe leerla.


Caracas, 3 de mayo de 2012

Querida Profesora de piano:

Ésta es una carta para Usted que nunca leerá, y entiéndase “nunca” como un adverbio de tiempo absoluto. Admito que es absurdo y sin embargo, por su salud, no la leerá; y por la mía, la escribí. Me imagino que no es un secreto para Ud. que nuestra relación es amor-odio, así mismo son cada uno de estos párrafos: pétalos de rosas con amargas espinas. Algo así como una Sonata de Beethoven.

Primero que nada, quiero que sepa (o quizás ya lo sabe) que la admiro muchísimo. Es Usted un monstruo en el piano, y no porque Usted sea gorda y que casi ya no puede caminar, si no porque Usted no respeta el piano, lo domina y se lo devora. No sé como los martillos del piano no se han partido puesto que sus manos tímidas no son. Es como si golpeara el piano, pero no es un golpe cualquiera… en un golpe lleno de musicalidad, de sentimiento, de personalidad, de virtuosismo, de todo. Escucharla tocar es quitarse un momento la capacidad de respirar como personas normales. Me intimida, me fascina y me inspira. Ud. es la Sra. del Piano y punto.

No puedo dejar de agradecerle, quizás su más grande hazaña en su 60 y pico años de vida: soportarme durante 6 años. Yo sé que debe tener razones para botarme de la cátedra. Todos los días después de preguntarme qué haré con mi vida, me pregunto por qué no me ha echado a la calle. No lo sé ni lo sabré. Pero le acabo de mandar un mensaje de texto pidiéndole que me dejara repetir 5to año de piano, y contrario a lo que esperaba después de la desgracia de la clase de hoy y de otras tantas que le antecedieron, me dijo: “QUÉE?? CÓMO??? Mi niña querida! Tú si puedes!!! Sucede que has tenido otras tantas cosas que te han alejado del piano por días, pero en lo que te pongas otra vez recuperarás lo que habías logrado y SEGUIMOS HACIA ADELANTEE!! YA LO VERÁS, CONFÍO EN TI 300% CONFÍA TÚ TAMBIEN!! VEN MAÑANA PARA REVISARTE OTRA OBRA, BESOS!”

En esa hazaña de soportarme, le agradezco que ha sido una de las personas que más se ha preocupado por mí  en eso de “autoestima, confianza, seguridad” y el pato y la guacharaca. Gracias por querer que Sofía, más allá de Sofía pianista, Sofía HUMANA, viva en plenitud. No estoy diciendo que todo lo que me ha dicho me ha servido, ni mucho menos que sea verdad; pero al menos tener a alguien que realmente quiera ayudarte y que ha sido INCONDICIONAL, es sin duda una razón para dar gracias a Dios.

Y aquí vamos, con la sección de confesiones. Mi vida con Usted, gran parte es una mentira. ¿Ud creía que me había salido del equipo de Voleibol el año pasado? Le mentí, porque a Ud le molesta que yo haga muchas cosas. Años enteros saliendo corriendo de las práctica de volley, colocándome el disfraz, secándome el sudor con una toalla, ocultando las rodilleras debajo de los pantalones, y todo un complot para que ud no sospechara que hace 5 minutos atrás estuve disfrutando haciendo un deporte. ¿Y sabe qué más? Estoy en teatro, y ¿sabe que otra cosa? No estuve enferma, fui a Valencia a un Modelo de las Naciones Unidas, y ¿sabe qué? Me esperan otros dos más aquí en Caracas. Se me olvidaba, estudio francés los sábados y lo peor de todo como para que se caiga para atrás: quiero estudiar Estudios Políticos en la Central. Amo el piano pero es aunque la mayor de mis pasiones, es solo una de ellas.  Déjeme ser, puedo ser pianista y ser Sofía al mismo tiempo.

Sigamos… ya se puso ruda la cosa. ¿Sabía que no hay una hora más desesperante para mí que los jueves a las 5:45?. Esperando en la puerta a que el reloj diga esa hora, no puedo tocar ni a las 5:44 ni a las 5:46 porque Ud. se va a molestar. Eso es una de las cosas que más odio, cuidar cada cosa que hago, cuidar cada cosa que digo, porque si no Ud. se molesta. Entrar a clases es como tener caminar sobre un piso falso, tener cuidado de no resbalar, cualquier cosita puede estallar la mina. No es posible Profe, que todos entremos con tanto miedo a clase, no es posible que uno se mate estudiando tanto, y al final si la cosa no sale, por obligación le tenemos que decir: Sí, es verdad Profe, no estudié. Nada me da más rabia que eso, cuando Ud. me dice que no le mienta, y que le sea sincera y  admita  que no estudié… Y entonces miento y le digo: Profe, no estudié
.
Llego casi todos los jueves y algunos viernes llorando a casa. Estoy harta de escuchar a mi mamá diciéndome que deje el piano que tanto me estresa. No estoy segura de nada en la vida, solo de dos cosas: de que existo (momento descartiano de la noche) y que en el mundo solo hay algo más frustrante que el piano, y es precisamente la vida sin él.

El piano me ha llevado a ser dramática, intensa… y es que no hay otra manera de abordarlo. Las depresiones más ínfimas son precisamente las  posteriores a los exámenes trimestrales. Pero nunca me quiero más a mí misma que cuando toco el “Kiss the Rain” o el Nocturno póstumo de Chopin. Solo conocí la desesperación cuando comencé a entender el primer movimiento de mi Sonata de Beethoven. Solo entendí que era coquetear, cuando conocí  a Bartok. Aprendí que era madurar el día que deje de tocar sonatinas para tocar una sonata de Mozart. Mi sexto grado se resume en Shumman. Encontré mi propio lenguaje cuando conocí a Kachaturian y  sin lugar a dudas, aprendí a amar con Chopin. Es una elección:  o te cortas no una, sino dos y tres venas tocando, o tira el piano por la ventana. Y lo peor es que no sé hasta que punto no estoy exagerando.

Amo de Ud la manera en como trasciende el papel, la partitura, la técnica… Y es precisamente la musicalidad la que me ha ayudado a descubrir quién soy. Yo sé que Ud no lo sabe porque en clase nunca me sale. Pero mi cuarto es mi escenario, y solo mi piano es mi confidente de los momentos de éxtasis que algunos pasajes me producen. Es que Ud no sabe que levito? Oh sí, hay obras en donde levito. Hasta con una invención de Bach puede hacer que mi alma se eleve sobre sí misma. Y después llego a clase y Ud. me dice “no estudiaste”. Normal, ya estoy acostumbrada creo.

No sé si tendré condiciones o talento para esto. Particularmente soy de las que piensan que no, mis amigas me dicen que es falta de confianza y bla bla bla. Lo que sí sé, es que amo esto. Y que JAMÁS lo dejaré. Agradecería a Dios que, pudiese continuar con Ud, pero si se imposibilita tanto, mi piano y yo seguiremos. Sin técnica, sin virtuosismo, como sea… pero unidos. El piano es, definitivamente, lo único que me desnuda, lo  que me hace quedar expuesta. En mi piano soy lo que soy y nada más. Soy yo y mis horas de estudio, soy yo y mi escasa experiencia de vida… soy yo sin ayuda, sin una orquesta ni nada que pueda tapar errores. Soy yo y lo que interpreto de la música, de la vida. Soy yo en un monólogo.

Y para irme despidiendo, le recuerdo que Ud. ha sido la única Maestra que he tenido en el piano. Todo lo que sé, cualquier movimiento de mis dedos sobre las teclas se lo debo a Ud. Por Ud conozco lo más fascinante del mundo. Insisto, en la verdad la quiero mucho. Puede preguntarle a cualquiera. Detesto a cualquier pianista al compararla con Ud. Es la mejor Profesora porque aún en pleno siglo XXI hace que la disciplina y la responsabilidad sean posibles.  

Y en uno de esas reflexiones introspectivas tan mías, abordo de nuevo el problema de mi falsedad y mi hipocresía ante Ud. Que es cuestionable? Desde luego. Pero hay cosas que aún me puedo tragar porque aún sigue valiendo la pena. Seguiré aguantando. Seguiré trabajando mi capacidad de tragar saliva para que no se me quiebre la garganta durante clases. Seguiré haciendo música... Aunque esto implique ocultarle tantas cosas... entre ellas, esta carta para Ud que jamás leerá.

Sin más nada a que hacer referencia, nos vemos mañana nuevamente, y con la mentira nuevamente de que ésto jamás fue escrito,

                 Sofía Colina



"La mejor manera de evadir la tentación, es cayendo en ella" Oscar Wilde